El primer huevo de Pascua imperial, también conocido como el huevo de gallina, fue creado en el honor del vigésimo aniversario del compromiso de Alexander III y Maria Fedorovna princesa de Dinamarca. Es una variación de un huevo de la colección real danesa, que Fabergé probablemente ha visto durante sus recorridos en Europa. Si era idea de Fabergé crear un recuerdo de la patria danesa de Marie, o una sugerencia de Alexander, se desconoce. Pero era un regalo maravilloso y conmovedor para la emperatriz. Dentro del huevo la yema es de oro, y en su interior una gallina de oro con dos rubís formando los ojos.
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