El huevo se hace de oro y se graban los ornamentos. Éste es uno de los pocos huevos que no se esmalta encima de la mayoría de su superficie. La parte de arriba del huevo es una pelicano esmaltado, con un diamante alimentando sus crías, un emblema de la maternidad. La sorpresa es que el huevo, cuando está sin su soporte, se puede abrir para exhibir una pantalla de miniaturas en marfil por Zehngraf.
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